Elaborado para todas aquellas personas que aman la niñez de la primera infancia.
jueves, 31 de julio de 2014
El arte desarrolla habilidades para que los niños se desenvuelvan en sociedad
Los pequeños que realizan actividades artísticas desde la primera infancia obtienen diversos beneficios físicos y emocionales. Fomentar el arte en la infancia no significa crear pintores o bailarines, sino dar estrategias que formen seres humanos con más capacidad para desenvolverse socialmente.
La buena crianza no significa solamente imponer normas y disciplina, sino brindar herramientas para un sano desarrollo emocional y físico, pues de los 0 a los 5 años el tejido neuronal de los pequeños se está formando y “por medio del arte se potencia y se generan redes más fuertes en el cerebro”. Pero, además de estimular sus capacidades intelectuales, el arte es una forma de comunicación entre padres e hijos, que a través de la pintura, los dibujos, los juegos con plastilina o, incluso, el baile, los padres pueden conocer lo que inquieta a sus hijos, pues “muchos se quejan de que en la edad preescolar no les hablan y responden a todo con monosílabos. Entonces se quedan sin saber cómo les fue en el colegio o qué comieron al almuerzo”. Pero si entran en un juego de interacción, confianza y diversión, se darán cuenta, a través de esas expresiones, lo que quieren averiguar de sus hijos.
La práctica de cualquier arte aumenta la capacidad de expresarse, frente a los pequeños que se limitan a las labores escolares. Por ejemplo, un niño puede empezar a plasmar sus pensamientos en un papel y luego verbalizarlos; es decir, compartirlo con su entorno, se aumenta su autoestima y confianza.
El arte es una estrategia pertinente para la educación en todas las áreas. En la primera infancia se potencia el pensamiento creativo, reflexivo y crítico. Es una herramienta de aprendizaje que estimula la capacidad de crear e innovar. “Te hace pensar con cada parte del cuerpo, porque, por ejemplo, si debes hacer una rueda de pintura, puedes probar con los pies; además, estás estimulando la visión. Si haces una máscara con sobras de desayuno, entonces también usas el olfato”. El arte puede hacerse de mil formas; cada niño lo interpreta a su manera. “Es tratar de tener metas y lograrlas, que entiendan que está bien probar. Un pequeño puede pintar a un muñeco hasta con 20 ojos, si le parece”.
sábado, 26 de julio de 2014
4 Claves para jugar con niños de 3 a 5 años...
1. Favorece el juego del niño con sus amigos.
Si tenemos limitaciones para que esto sea así a diario, es interesante procurar que, al menos una vez a la semana, puedan compartir momentos de ocio con otros niños. Entre los 3 y los 5 años los niños empiezan a desarrollar y perfeccionar las habilidades sociales y hay que dejar que ellos vayan encontrando la manera de solventar situaciones grupales, aunque siempre bajo nuestra vigilancia, pero con la mínima intervención posible.Precisamente ahora que los padres pasamos a un segundo plano, es el momento en el que los "amiguitos" entran en escena. En la medida de lo posible, es adecuado propiciar que los niños puedan jugar con otros niños de su edad. Tal vez a la salida de la guarde, en el parque o con primos que ronden los mismos años.
2. Comparte momentos de juego con los niños todos los días.
Al margen de estos nuevos compañeros de juegos, los papás tenemos que tener claro que la necesidad de juegar es algo vital. Si queremos fomentar una buena relación con nuestros pequeños, los padres necesitaremos compartir un rato de juego diario con ellos. Está bien tener esto presente para poder organizar nuestra jornada de tal manera que nos permita dedicarles al menos 20 ó 30 minutos al día. Siempre es mejor la calidad que la cantidad. Durante ese pequeño espacio de tiempo diario que les dedicamos, nuestra disponibilidad para jugar debería ser total y no verse limitada por "no podemos jugar a pintar porque me manchas la ropa" o juego a la vez que cocino, por ejemplo.
3. Habilita un espacio en casa para que los niños puedan jugar.
A pesar de que el parque es una buena forma de entretenimiento durante el buen tiempo y una fuente de posibles compañeros de juego, lo adecuado sería tener la casa habilitada para el juego en cualquier época del año. No hace falta que sea toda la casa, pero sí reservar un espacio donde ellos puedan jugar con tranquilidad, sin miedo a romper o estropear nada. Lo más apropiado es que los juguetes estén accesibles y no guardados o amontonados (al menos, no todos).
4. Proporciona a los niños distintos juguetes.
También es importante contar siempre con una serie de materiales básicos. Como hemos dicho que esta es la edad de la fantasía y la creatividad, lo suyo es poder tener un repertorio de juegos y juguetes que potencie su imaginación. Por ejemplo, tener siempre muñecos tipo "bebé" y juegos de familias (mamá, papá, hijo, hija), figuritas de animales de la granja y salvajes, cacharrería de cocina y comiditas, marionetas, disfraces, materiales de pintura variados (tizas, ceras, pintura de dedos, rotuladores, todo lavable claro!), papeles de colores, plastilinas, telas, puzzles, construcciones (tipo lego) y pelotas de varios tamaños.
Claves para jugar con niños de 3 a 5 años
A partir de los 3 años de edad, el juego infantil comienza a ser más independiente. Los niños tienen cada vez más imaginación y pueden desarrollar juegos más simbólicos. Pueden entretenerse solos cada vez más rato y no necesitan tanto el apoyo de los adultos. Por esta razón, es interesante que entre los 3 y los 5 años, los padres fomentemos ciertas funciones del juego infantil.
Los niños disfrutan muchísimo jugando con sus padres
Hasta ahora el juego del niño era más dependiente del adulto y aunque los más pequeños siempre han tenido sus preferencias, los mayores eran quienes proponían jugar a esto o aquello.
En cambio, cuando los niños (entre los 3 y 5 años), inician su juego simbolico su fantasía y capacidad de imaginación es tal que necesitan darle rienda suelta a través de actividades lúdicas. Por esto, conviene que sean ellos los que escojan a qué jugar. Así podrán dar salida a esa capacidad creativa y aprender a manejarla a través del juego.
No es que los padres dejemos de existir ni mucho menos. Nuestros niños nos necesitan para que pongamos unas reglas básicas de juego, claras y precisas, que les ayuden a contener esa nueva capacidad que han desarrollado, la fantasía.
Por reglas básicas nos referimos a tener unas horas de juego, porque siempre hay un momento para todo: para jugar, para comer, para bañarse, para recoger...,. Se trata de establecer unas normas que les permitan jugar sin riesgos (ej. no se rompe, no se pega, se juega solo en determinada zona, con determinadas cosas...) Conviene que estas reglas sean pocas, pero claras.
Así pues, el papel de los papás empieza a ser secundario. Dejamos que los niños escojan el juego y nosotros nos limitamos a participar en él, podemos sugerir pero no imponer, siempre que el juego cumpla esas "reglas de oro" que hemos determinado para que se pueda desarrollar el juego.
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